Era un 15 de noviembre, hora del almuerzo. Estábamos en la bendición de los alimentos que íbamos a tomar y rezamos con mis dos hijos M y G, a nuestro Padre Federico para poder comprarnos una casa. Llamamos a un señor J.M.C. que era el mentor, quien nos dio el calificativo positivo para conseguir nuestra casa. Empezamos a conseguir todos los papeles de ganancia. Fuimos al banco donde teníamos ahorrado el dinero. Veníamos haciendo trámite tras trámite para conseguir un crédito bancario. Y seguíamos orando al Padre Kaiser. Pasó un mes.

Padre Kaiser, fue una persona muy humana, su trato era siempre atento y fino para todos por igual. Cuando llovía se percataba hasta del gato del convento preocupándose de que tuviera cobijo y abrigo.

Y llegó el día en que nos dijeron que todo estaba en regla, y que ya podíamos ir buscando la casa que queríamos. La primera casa que vimos nos gustó. Se encontraba cerca de nuestro lugar de trabajo. Seguimos buscando como diez, pero nos decidimos por la primera. El Sr. J.M.C. habló con el encargado en el banco para firmar los documentos respectivos. Y…el 12 de enero pudimos tomar posesión de nuestra casa.

Ahora seguimos agradeciendo al Padre Federico por el milagro que nos hizo, ya que en este país es muy difícil conseguir una casa.

J.C. Marzo, 2008. California U.S.A.

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