Con motivo del 62° aniversario de la Congregación de Misioneras de Jesús Verbo y Víctima, Madre María Paulina, pionera de las MJVV, ofrece un regalo espiritual de fiesta. Ella cumplió 90 años, el pasado 11 de mayo para lo cual había preparado un discurso, y hoy 22 de junio lo da a toda la congregación. En las líneas siguientes su discurso:
«Sabía que mis hermanas tan cariñosas iban a venir a saludarme por el día de mi cumpleaños, y me apresuré a preparar un modesto discurso. Ofrecí este tema a las novicias y a las madres profesas. Muchísimas gracias por la Santa Misa y por este momento tan grato.
¡ Cómo pasan los años! Como un suspiro. Esto me trae algo a la memoria que quiero compartir con Uds. Se trata de la vida de san Agustín. Cuando llegó a ser un hombre ya maduro en edad, ciencia y en la fe católica, y se lamentaba de su vida pasada, expresándose con estas palabras de mucha profundidad espiritual: ¡ Qué tarde te conocí! Hermosura tan antigua y tan nueva. ¡ Qué tarde te he conocido!
Así es, San Agustín tenía razón. La vida es demasiado corta para conocer a Dios en esta tierra. Relacionando este pasaje con el salmo 90, 12. tenemos una luz que ilumina nuestro peregrinar: ¡ Señor! Enséñanos a conocer nuestros días para que adquiramos un corazón sensato. Es decir un corazón lleno de sabiduría como el de los santos.
Tanto San Agustín como el salmo 90, nos invitan, nos estimulan, para aprovechar la juventud, deseando, anhelando el conocimiento de Dios, para admirarnos de Él por la luz de la fe, por la luz del Espíritu Santo.
Nuestro Padre fundador nos decía con frecuencia como el buen y experimentado maestro de vida espiritual, nos exhorta que con la ayuda de Dios y su gracia, nos ejercitemos desde la juventud en la práctica del trato íntimo con Dios, trato cariñoso y afectivo. Ese trato nos lleva al conocimiento de su verdad y de su bondad.
Que el Señor nos dé la gracia de no partir de este mundo sin haber experimentado un grado más de su conocimiento.»
Madre Paulina MJVV