En la actualidad el fervor de los fieles va bajando poco a poco, por diversas circunstancias, y ello es un nuevo desafío para la MJVV, aún en los pueblitos donde trabajamos se viene enfriando el fervor. Pero, durante el tiempo de Cuaresma, y en ningún tiempo, podemos quedarnos con los brazos cruzados, pues es un tiempo de renovación espiritual para toda la Iglesia, así que pusimos manos a la obra.
El problema es que cuando invitamos a los fieles a rezar el Vía Crucis, no vienen a la Iglesia. A veces vienen 2 o 3 personas mayores y los que nunca faltan son los pequeños, con su alegre bulla. Entonces ¿Qué hacer? A nuestra superiora M. Emiliana, se le ocurrió la idea de ir casa por casa rezando el Vía Crucis con cada familia y así lo hicimos, los viernes a las 6pm. Empezamos a rezar por barrios y zonas, donde comprometimos a cada familia para que haga un altarcito, y espere al Señor en la estación que le tocaría rezar. Algunos más fervorosos nos esperaron hasta con incienso, flores, altares muy lindos. Otros sin embargo, simplemente colocaron una mesa con su mantel o chiclla (palabra de la lengua quechua).
Rezamos la estación que tocaba y les echamos bastante agua bendita, cosa que les encanta, y de ello nos valemos para que queden bien bendecidos. Rezamos además por sus intenciones particulares como salud, trabajo, difuntos, etc. Éste fue el modo en que les pudimos avivar un poco su fe en este tiempo sagrado. El mismo método aplicamos en otros pueblitos que debemos atender en nuestras acostumbradas misiones. En las escuelas hemos explicado a los niños y jóvenes sobre el tiempo de Cuaresma.
Mandamos hacer banners con imágenes del Vía Crucis para 3 grupos, y nos ha ido muy bien. Al menos de este modo pudimos acercar a nuestros fieles a Dios, aunque parezca poco, sabemos que el logro es bastante ya que conocemos cómo es nuestra gente en la serranía, y por ello estamos muy contentas. Dios sea glorificado por nuestras misiones.
Patmos de Tin Tin, Bolivia 2024
Madre Bilermine MJVV