¿Qué es la vocación?
El Papa Francisco nos habla del “sueño de la vocación”.
“Rezo para que experimenten esta misma alegría, queridos hermanos y hermanas que generosamente han hecho de Dios el sueño de sus vidas, sirviéndole en sus hermanos y hermanas a través de una fidelidad que es un testimonio poderoso en una época de elecciones y emociones efímeras que no traen alegría duradera.”
• Nuestro Papa emérito Benedicto XVI dice que, la vocación es… “ir tras los pasos de Cristo”.
“La vocación no es fruto de ningún proyecto humano o de una hábil estrategia organizativa… En su realidad más honda, es un Don de Dios.”
• Y el amante de la juventud, San Juan Pablo II dice: “La aventura de la santidad comienza con un sí a Dios”.
“¡Jóvenes no tengan miedo! ¡Abran las puertas a Cristo! ¡Abran de par en par las puertas de sus corazones a Cristo Señor!”
• Nuestro Padre Mons. Federico Kaiser decía:
“De entre todas sus creaturas Dios elige a los que Él quiere, para que vivan más cerca de Él, y les da a conocer, su llamado…” Encargándoles una Misión especial, que podemos sintetizar en pocas palabras: ser testigos de su amor.
Tres son, pues, los elementos constitutivos de toda Vocación: elección, llamado y misión. Y especialmente de la vocación religiosa.
Ser elegidos, significa que Él nos ha dotado de cualidades humanas que nosotros podemos fortalecer con la gracia divina; con éstas, podemos responder al llamado de Dios, para consagrarnos a Él y poner todo lo nuestro, al servicio de otros. Esencialmente, la Vida consagrada a Dios, sea en el sacerdocio o en la vida religiosa, consiste en vivir únicamente para Dios en una donación total de sí mismo. Y como el que ama a Dios ama también todo lo que es de Dios, entonces servimos a los hermanos.
Algunos sentimos alguna vez esa fascinación por la vida consagrada a Dios, pero al mismo tiempo sentimos miedo. Miedo, porque nos damos cuenta que la donación total de uno mismo implica renuncias. Miedo a equivocarnos y resultar un fracaso.
Si la fascinación es más grande que el miedo y te hace feliz y te deja en paz, quiere decir que en verdad Dios te está llamando. El miedo lo puedes vencer confiando en Aquél que te llama. Pero recuerda: “Aquél que llama con estas palabras: ¡Sígueme! te dará la fuerza y la gracia para alcanzar la hermosa meta a la que te llama”
No dejes que la semilla de tu vocación perezca en el desierto del miedo. Ponte en camino y busca ayuda para discernir tu vocación. ¡Ánimo! ¡Escríbenos!
Muy Querida Joven:
Para ti que ya has terminado tus estudios secundarios o superiores, o tal vez estás por concluirlos. Para ti van estas líneas. Aunque no sientas ningún interés por su contenido, léela, te pido:
¿No has pensado alguna vez que, podrías tener cierta inclinación por la vida religiosa? ¿es decir, por la vida consagrada? Bueno, ¡aquí te propongo algo!
Sabemos que eres una jovencita llena de entusiasmo, llena de juventud, con grandes ideales y capacidades, y deseas ponerlos al servicio de los demás. A lo mejor deseas encontrar la felicidad, la Verdadera Felicidad, porque, sabes que una vida superficial, dura poco, es siempre vacía y deja a uno muy mal. Tal vez, asome a ti una inquietud, o tal vez alguna duda. De todas formas, Dios muchas veces se vale de una u otra circunstancia para llamarnos a su servicio.
Sabemos que eres una joven de carácter, decidida, con el vigor de su juventud y nobles ideales. La VOCACIÓN a la vida religiosa, a la vida consagrada es la perla más preciosa que has podido encontrar en tu camino. Digámoslo de otro modo, es el REGALO, EL DON, LA GRACIA, EL DETALLE DE AMOR más perfecto y tierno con el que Dios te ha podido mirar, elegir, escoger de entre tantas jóvenes para que vivas de una forma más cercana a Él. Es una BENDICIÓN ESPECIAL que Dios concede a quien llama.
La vida religiosa -como también la vida matrimonial, y en general toda vida- exige sacrificio, a veces dejar lo más preciado, por ejemplo: dejar papá, mamá, hermanos, incluso la misma profesión. Pero escucha las Palabras de Cristo: “…Todos aquellos que hayan dejado casa, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o tierras, por causa mía, recibirán el ciento por uno…y la herencia de la vida eterna” (Mt. 19, 29). Estas palabras van cargadas de mucha esperanza y confianza. De modo que, ¡te invito a abrir las puertas a Cristo! Como solía decirnos San Juan Pablo II: “¡Ánimo, no tengas miedo! de ¡abrir las puertas a Cristo de par en par!” ¡No tengas miedo, querida Joven! ¡Cristo espera tu sí generoso! a ejemplo de María que dijo sí al Señor, aun cuando no sabía lo que iba a suceder después. A Ella le debemos nuestra misma salvación. ¿Estás dispuesta a dar tu sí al Señor? Entonces, ¡ponte en contacto con nosotras!
MISIONERAS DE JESÚS VERBO Y VÍCTIMA
Convento Cenáculo Caravelí – Arequipa – Perú
Promotora vocacional: Madre Ernestina MJVV +51 968 693 452
Vocacionesmjvv@gmail.com
Convento Nazaret San Rafael – Mendoza – Argentina
Tel. +54 02627 434801