El pasado 29 de junio, tres Misioneras de Jesús Verbo y Víctima (MJVV), confirmaron su sí al Señor, al celebrar sus 50 años de desposorio con Jesús. La Santa Misa fue presidida por el excelentísimo Mons. Reinaldo Nann, quien exhortó a las religiosas a seguir fieles en su vocación, y a ser dignas de alcanzar un día la corona de la vida eterna. «Todos los sufrimientos van a ser coronados un día en el cielo, así como la Virgen María no tuvo corona en la tierra, pero allá en el cielo la vemos coronada de gloria. Así también hoy, las vemos a ustedes con esta corona simbólica, signo de su fidelidad al Señor, y es símbolo de la corona futura», señaló. Las religiosas son las siguientes: M. Catalina, M. Eufrasia y M. Celina.

En la Santa Misa renovaron nuevamente sus votos de Castidad, Pobreza y Obediencia, por los que hace 50 años se unieron a Jesús en desposorios sacratísimos, según señala el libro de ceremonias de las MJVV. Los votos fueron recibidos por M. Jacinta, Vicaria General, ya que M. Miryam, Superiora General, se encuentra visitando los centros de misión.

Después de un mes de retiro, de ejercicios espirituales, las religiosas compartieron sus experiencias con la comunidad. «Todo es gracia», subrayó por su parte M. Eufrasia. Al mismo tiempo que agradecía por volver a escuchar las clases que había recibido directamente de M. Wilibrordis, cofundadora de la congregación. Por su parte M. Catalina, expresó su gratitud por todos estos años de consagración. Sobre todo daba gracias, así lo expresó «por la preocupación de nuestras autoridades, por las atenciones recibidas en este retiro, y a nuestros fundadores por darnos esta Congregación y este carisma en el servicio de la Santa Iglesia». M. Celina del mismo modo expresó su gratitud por el retiro apenas vivido, y compartió con la comunidad la riqueza espiritual recibida. «Escuchar a nuestro Padre, en las grabaciones, es como volver a tenerlo allí presente entre nosotras, dándonos de su riqueza interior, para luego llevarlo a las almas», subrayó.

Actualmente M. Catalina como M. Celina se encuentran en el frente misional, mientras que M. Eufrasia se encuentra en la Casa madre, el Convento Cenáculo de Caravelí.

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