La Sra. Sabina, vive postrada desde hace 12 años, en Villa de Arma, Castro Virreyna _ Huancavelica. Desde muy niña habló, su lengua nativa, el quechua, medio de comunicación para gente de esta zona. Hoy los jóvenes ya no mantienen este idioma.
No obstante la caridad de sus familiares se extiende brindándole lo necesario para sobrevivir. Su alimentación es muchas veces muy escasa, sólo una vez al día, porque su nuera Sofía, sale muy de mañana, en compañía de sus hijos, para ir a la chacra llevando los animales. Retorna por la tarde. Así que la anciana pasa solo todo el día. Sin una grata compañía que le alcance, un vaso de agua. Es la realidad de la vida y la suerte de estas personas que sufren el atardecer de su existencia, en una soledad larga y penosa.
Nosotras como Misioneras de Jesús Verbo y Víctima, vamos visitando las casas, llevando la sagrada Eucaristía, fortaleza de los débiles, para confortar a estos hijos de Dios en su largo peregrinar por esta tierra.
Recorremos largos kilómetros, llevando el Santísimo Sacramento. Así cumplimos el mandato que el Señor nos ha dado, de trabajar en estos lugares alejados, abandonados y pobres. Aliviando a nuestra gente, somos felices nosotros y hacemos felices a otros. ¿Quién tiene esta dicha? Sólo una misionera que unida a Cristo, va llevando su Palabra, su mensaje Salvador, y es Él quien nos brinda esa alegría de donarse.
Madre Remigia MJVV
Convento Patmos, Villa de Arma.