Hablar de su vocación es hablar de su vida, pues toda su vida fue su vocación. Como él mismo contaba, su deseo de ser sacerdote estuvo presente desde que él tenía unos tres o cuatro años de edad. Con sorpresa, recordaba que muchas cosas, a tan temprana edad se había olvidado, pero no así este deseo de ser sacerdote. Tuvo que afrontar no pocas dificultades hasta cumplir con su anhelo.
Fue ordenado sacerdote un 10 de agosto de 1932. Se cumple de esto hoy 90 años. Sobre su vocación sacerdotal dijo: “apenas ha habido pocos días en que no haya celebrado la Santa Misa. Y para esto en primer lugar hay Sacerdocio. Para esto en primer lugar anhelaba ser sacerdote. Antes, en los años de la espera, de la angustia, de la tortura, cuántas, cuántas veces pensé: con tal que llegue a ser sacerdote, si entonces muero qué importa, lo seré eternamente.
Constantemente repetía: «Sacerdote por Ordenación; Sacerdote bueno por Oración». Este fue siempre su “plan de vida”, ocupando la oración una parte importante de ella, pues, procuraba hacer vida lo que enseñaba con ante ahínco: la oración es la conversación cariñosa y amorosa con Dios, es a través de ella donde descubrimos su voluntad.
Hoy, está celebrando sus noventa años de sacerdote en la Patria celestial. Lo recordamos como lo que fue: Un sacerdote según el Corazón de Cristo. ¡Felices 90 años de Ordenación Sacerdotal, amado Padre Federico!