Palabras del Cardenal Mons. Juan Luis Cipriani en la apertura del Proceso Diocesano de la Causa de beatificación y canonización del Siervo de Dios Federico Kaiser.

“Muy queridos hermanos Obispos, muy querido encargado de la Nunciatura Apostólica, Madre General, Hermanas todas de la Congregación Jesús Verbo y Víctima, y hermanos todos en Cristo. Voy a ser muy breve.  Por un lado, para manifestar la alegría que siente la Iglesia al incoar este proceso. Alegría, porque la razón de ser de la Iglesia es el llamado a la santidad. Estamos todos llamados a la santidad. Un llamado que tiene su origen en Cristo. No es que uno se hace santo. Es Jesús que nos invita a la santidad y cada uno responde. Esa respuesta generosa, libre y heroica, hace que se confirme en una santidad real y concreta. No olvidemos que todos estamos llamados a la santidad. Y en este caso particular podemos decir la frase evangélica: “Por sus frutos los conoceréis”.  Sabemos que esta obra de las Misioneras de Jesús Verbo y Víctima, es una obra que recorre nuestra geografía, con un enorme impulso misionero. Una vida austera, sumamente austera. Impartiendo la catequesis casa por casa, con un amor a la Eucaristía notable. Y que en ese clima de llevar a Jesús a todos los rincones. Han hecho que esta santidad de Mons. Kaiser brille. Normalmente la santidad de la gran mayoría de gente que está en el cielo son pequeñas velitas de luz que iluminaron su hogar, iluminaron el ambiente de su trabajo. Pero, de vez en cuando Dios en su bondad maravillosa hace que la santidad brille como un gran fuego. Y en estos casos a través de estos procesos de investigación, de testimonios, vamos recorriendo la vida de un hombre que ilumina a miles o a millones. Porque Dios ha querido que en medio de esa multitud de santos, que debemos todos tratar de ser, aparezca uno. Así aparece un Juan Pablo II, un Francisco de Asís, un Ignacio de Loyola. Aparecen los santos que iluminan épocas de la historia de la Iglesia con una luz muy fuerte. Esperemos que Mons. Federico Kaiser, a través del trabajo de ustedes, vaya iluminando a miles y miles, sobre todo a la gente muy pobre, muy alejada que tantas veces no tiene un sacerdote cercano. “Esas periferias existenciales”, son palabras del Papa (Su Santidad Francisco), pues allí están ustedes. Por eso con mucha alegría hemos dado inicio a este proceso. Le pedimos a Dios y especialmente al propio Mons. Federico Kaiser que interceda para que todo el proceso vaya bien, cuidando todas las formas procesales que son tan importantes, y que arribe a buen puerto para poder verlo ya beatificado.

Todo esto me lleva a hacer una mención especial a los Misioneros de la Congregación del Sagrado Corazón, son ellos que le dieron esa formación y que le dieron ese espíritu, que luego cuaja muy bien en sus trabajos. O sea que es una alegría especial para ellos y para todo el pueblo de Dios en este país, no solamente en la arquidiócesis.

Como palabras finales: La santidad está conformada por hechos, por realidades. Digo esto en un mundo que vive de percepciones e imágenes. La santidad en silencio, pero con la fortaleza de los hechos, de la realidad, se abre camino. No es una tarea de producción o rodaje, o de hacer marketing. Sino de dejar que Monseñor actúe. Por eso las felicito, han hecho un gran trabajo maravilloso de preparación y las animo para que continúen con este proceso. Muchas gracias y que Dios bendiga a esta Congregación y a todos”.

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