Hace dos años vinieron los papás de Yara para pedir el bautizo de su niña porque quería venir a la catequesis, ella suplicaba y lloraba que quería venir a la catequesis, tenía sólo siete años y nosotras le habíamos dicho que sería lindo que la bautizaran, pero ponían como condición una madrina que era protestante. Así que tratamos de disuadirlos buscando otros padrinos, pero no quisieron. Luego se enfermó la niña y la madrina de Covid y todo quedó paralizado. A los pocos meses que la niña cumplió ocho años, la mamá volvió a llamar pidiendo si puede venir a la catequesis su niña y le dijimos que si que no hay ningún problema.
La niña seguía llorando y pidiendo a la mamá que quería venir al Convento con las Madres. Entonces Yara inicia su catequesis de ocho años, es una niña muy alegre sencilla y despierta. Acude con mucha alegría cada sábado a su catequesis. Nosotras hablamos con los papás para poner una fecha y bautizarla, viendo a la niña tan interesada en ser hija de Dios. Así que se fijó la fecha del sábado santo, la vigilia Pascual de este año 2022. La niña estuvo viniendo para su preparación al bautismo ya que tenía una ceremonia especial por ser catecúmena. Sus padres y padrinos vinieron a la charla y estaban muy entusiasmados con ella porque les contagiaba su alegría de la fe, también bautizaron a su otra pequeña Catalina, que tiene casi dos años. En las clases le enseñábamos lo que nuestro padre fundador nos decía acerca del bautismo, la importancia de la vida divina y a ella le gustó mucho esta frase: “Bendita la hora en que nací Creatura de Dios más mil veces más bendita la hora en que fui bautizado hijo de Dios”.
Llegó el día del bautismo y se realizó en la ceremonia de la vigilia Pascual, algo muy interesante sucedió. Presenciaron la ceremonia casi toda la familia que es evangélica. Su tía, su abuela, etc. Todos estuvieron presentes acompañando a Yara. Y se los veía muy atentos a todas las lecturas de esa noche, una noche muy larga con casi 7 lecturas.
Hasta que llegó el momento: Yara estaba feliz y algo nerviosa en el momento de su bautismo. Hizo su ingreso sola, en medio de la alfombra roja que preparamos. Con voz clara y fuerte renunció a Satanás e hizo su profesión de fe. Por fin los anhelos del corazón de esta niña se hicieron realidad. Ahora nuestra querida Yara es hija de Dios. Y se prepara para recibir la Primera Comunión.
Madre María Chantal MJVV