Espiritualidad

Nuestro espíritu es de CARIDAD DOCENTE Y PENITENTE, inscripción que llevamos en nuestra medalla.

CARIDAD DOCENTE: Lo hacemos a través del anuncio de la Palabra de Dios, como Heraldos de Cristo, llevando su Palabra a los fieles. Y es que, así como “Cristo se hizo carne”, también es lícito decir que “Cristo se hizo letra”. De modo que, anunciando su Palabra, anunciamos al mismo Cristo. Ya que, si profesamos y proclamamos a “Cristo Encarnado”, del mismo modo lo podemos hacer con “Cristo Enletrado” a quién encontramos en la BIBLIA.

CARIDAD PENITENTE: Lo hacemos a través de pequeños sacrificios, y de una vida penitente, a ejemplo del mismo Cristo, que no se ahorró ningún sacrificio por nuestro amor y para nuestra salvación, mediante su sacrificio en la CRUZ.

Llevamos una vida consagrada a Jesús Verbo en la Biblia y a Jesús Víctima en la Cruz.

A ejemplo de Cristo seguimos los Consejos Evangélicos de Castidad, Pobreza y Obediencia, con el fin de glorificar a Dios, santificarnos a nosotras mismas y a las almas a nosotras confiadas.