La pandemia no puede detener nuestro corazón y nuestras manos. Como decía Nuestro Padre Fundador: “Debe ser tan eucarística nuestra alma como mariano nuestro corazón”.
Y aunque la pandemia ahora nos confina, tenemos más tiempo para hacerle sentir al Señor que Él es el único por quien vivimos y existimos.
Y cuando la pandemia nos permita salir, entonces volveremos con más ardor y fervor a predicar su Nombre hasta los confines de nuestros Patmos.
Muy a propósito para este tiempo son las palabras de Nuestro Padre Fundador: Después de haber hablado tanto a los hombres DE Dios, ahora nos toca hablar A Dios de los hombres.
¡ Que bueno madres !
Dios las bendiga
Saludos desde Niogasta, Tucumán.
Nuestro Señor Jesucristo, guíe su misión, sus vidas, Dios las bendiga
Hermanas de Jesús verbo y víctimas felicidades por su obra . Hoy las conocí en t.v. Ewtn, uyy Ustedes son santas llenas de la herencia de DIOS.
Tenemos la gran bendicion de contar entre nosotros con una comunidad de MJVV Esto es en la ciudad de Ombues de Lavalle departamento de Coloni Uruguay